Cada año -al llegar el 5 de junio- hacemos un alto en la vida cotidiana y expresamos la intención de una reflexión, o una mirada rápida, dedicada al medio ambiente. Entonces, una vez más, reconocemos el deterioro impresionante de la Casa Mayor. Estamos justamente en el borde del despeñadero. Poco a poco, con tendencia creciente, estas normas de vida han erigido los escenarios críticos de riesgo.
Durante varios años se ha trabajado para que haya un reconocimiento de la comunidad nacional e internacional de que la región centroamericana es altamente vulnerable. Diferentes amenazas son inherentes a nuestras vidas, este es un primer gran escenario. Habíamos logrado tener en la agenda y el desarrollo de acciones con relación a una segunda amenaza global: crisis climática.
La pandemia del COVID 19 evidenció la vulnerabilidad de todo el sistema sanitario mundial, una tercera amenaza global. El registro histórico del sistema sanitario de cada país indica que la temporada del invierno deriva en múltiples enfermedades, se incluye las respiratorias. La lluvia persistente del temporal de estos días pudiera hacer aún más complicado el escenario.
Antes de la génesis de la pandemia del COVID 19, se presentaban indicios incubados de la precaria situación económica. América Latina y el Caribe a través de varias expresiones reclamaban ante las afectaciones de la inequidad. Países con economía “robusta” fueron sacudidos. Este cuarto escenario global en evolución se vislumbra incierto y ahora se habla de recesión en marcha, y hasta se ha mencionado el pronóstico de depresión económica. Allí nace la urgencia de “abrir” las economías.
Cada uno de estos grandes escenarios en el contexto de la región centroamericana tiene múltiples derivaciones con una dosis alta de pesimismo. Un análisis profundo debería ayudar a la identificación de la lista básica de los problemas, y la adopción de los contenidos de trabajo ante esa realidad. Estas líneas iniciales tienen la intención de hacer una invitación para la suma de intenciones y propuestas de acciones. Entonces, compartimos lo que probablemente sea una primera intención.
Entre otros rasgos, así llegamos al Día Mundial del Medio Ambiente del año 2020. Durante estos días diferentes fenómenos meteorológicos han afectado a la región centroamericana, y han dejado al descubierto una vez más los niveles elevados de vulnerabilidad. Se está ante un temporal que ya ha ocasionado pérdidas de vidas humanas, daños materiales, y también en el medio ambiente. Urge la atención y acciones ante esta realidad.
