Una de las medidas para la construcción de la barrera de contención de la pandemia del COVID 19 es acceder a la educación necesaria. Desde el inicio del proceso para hacer frente a la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió acerca de atención a la ruta que se debía seguir: Conocer – Preparar – Actuar. Se estaba frente a una enfermedad no conocida públicamente. Poco a poco se fue conociendo que se transmitía de persona (contagiada) a otra (sana). El contagio era exponencial en la reproducción.
Es como una neumonía severa, se afirmó durante esos días iniciales del contagio. Todavía no era una pandemia, pero amenazaba con severidad por la celeridad, y letalidad. Las estadísticas y las alarmas se activaron oportunamente. Para la detección temprana se identificó que la movilidad humana estaba directamente vinculada a la reproducción de los casos sospechosos y positivos. Fue necesario ir conociendo la enfermedad con la velocidad que imponía cada día un número mayor de casos.
La dosis de educación ante esta pandemia nos obliga a conocer porqué debemos acceder a la información adecuada, apropiada. Esto nos ayudará a alejar de nuestra vida cotidiana todos aquellos mitos que impiden hacer lo correcto ante el COVID 19. La educación nos ayudará para la comprensión de que los seres humanos tenemos la posibilidad de ser actores/as activos/as en el proceso de construcción y adopción de las medidas de contención de la pandemia del COVID 19.
La dosis oportuna de educación ante la pandemia fue una contribución muy importante. Ha permitido que gradual y tempranamente hayamos incorporado a nuestra vida cotidiana las medidas correctas para aportar al muro de contención. Ahora conocemos que el distanciamiento social y el aislamiento –entre otros ejemplos- desaceleran la movilidad humana, y consecuentemente impactan en la velocidad para la reproducción del contagio.
La educación contribuye para mejorar nuestras normas de vida ante la pandemia del COVID 19. Tenemos la oportunidad de ser solidarios, y evitar el temor, ser más responsables, alejar el pánico, entender a quiénes han tenido que enfrentar el contagio. Mejorar para ser parte de una red comunitaria de salud. Desde la vida individual familiar, laboral, social, gremial, se puede aportar ante el escenario crítico de riesgo generado por el COVID 19.