Documento con propuestas de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo ante la presencia del fenómeno climático El Niño. La Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo – Nicaragua (MNGR) ante la posibilidad de la presencia actual del fenómeno climático El Niño en el territorio nacional ha considerado prudente la presentación de algunas propuestas que coadyuven a hacer frente a esta amenaza. Se debe recordar que el pasado jueves 05 de marzo de 2015, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) confirmó la llegada del fenómeno climático El Niño. Éste se caracteriza por el calentamiento de las aguas superficiales del Océano Pacífico. También tiene una evolución superior a la altura del ecuador. No obstante, éste causa efectos climáticos a escala del planeta. Se debe recordar que durante el año 2014 se brindó información que indicaba acerca de la condición neutra del fenómeno en referencia, pero que ocasionó daños severos, particularmente para el sector agropecuario.
La información que ha circulado indica también que el ciclo conocido como Oscilación del Sur El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés), se refiere a un periódico calentamiento y enfriamiento del Océano Pacífico en los trópicos. Este ciclo afecta gran parte de África, Medio Oriente, India, el sureste asiático, Australia y América. Se debe destacar que en estas regiones vive la mitad de la población mundial, y se ve afectada por el fenómeno climático. Cabe señalar que en el caso particular de Nicaragua el fenómeno climático ejerce una influencia negativa sobre el área continental a lo largo del Océano Pacífico. Se debe tener presente que para el país las mejores tierras aptas para la agricultura se ubican en esta área geográfica.
Según los y las científicos/as, el ENSO impulsa una variabilidad sustancial en las precipitaciones. En consecuencia, afecta entre otras actividades humanas la producción agropecuaria, ecosistemas y enfermedades en muchas partes del mundo. Cuando El Niño está activo, sube la temperatura promedio y se reducen las precipitaciones en algunas regiones. Mientras que en otras se incrementan las lluvias ocasionando daños severos en múltiples actividades humanas y diferentes áreas geográficas. Recuérdese que Nicaragua -más recientemente- ha experimentado estas características durante el invierno de 2014.
Nicaragua ha vivido los efectos adversos del déficit de humedad durante los últimos doce (12) años con escenarios complejos. En este mismo orden, se registra que durante los dos (2) últimos inviernos se han caracterizado por ser “irregulares”. El impacto negativo se ha hecho sentir en la vida de miles de personas que viven en el campo. Ante la evolución del escenario de riesgo a sequía, la MNGR presenta a las autoridades nacionales y los diferentes actores sociales un conjunto de propuestas para hacer frente a esta amenaza climática recurrente. Éstas acciones son las siguientes:
- Nicaragua debe adoptar urgentemente un Plan integral para la gestión de riesgo a sequía / exceso de humedad. El país debe superar el pensamiento que es la base para seguir intentando producir bajo un solo escenario climático. Ahora estamos ante otra realidad: déficit de humedad, invierno que se corresponde con el registro histórico de la precipitación, y exceso de humedad. El Plan integral debe tener presente estos tres (3) escenarios de riesgo climático.
El Plan integral deberá ser elaborado sobre la base de principios que coadyuven al desarrollo del país. La inclusión es esencial para que se incluyan las mejores experiencias y propuestas para la producción agro – pecuaria. Se debe tener presente que en Nicaragua hay diferentes productores/as, y en consecuencia múltiples realidades: hay pequeños/as y medianos/as, y también grandes. Un ejemplo, la producción de frijol está bajo la responsabilidad de pequeños/as y medianos/as, en cambio el arroz en manos de grandes. Es así que la producción del gallo pinto no responde a una realidad única. Es evidente que ante este escenario climático debe haber respuestas diferenciadas. El Plan integral debe responder a este universo complejo.
Así mismo, el Plan integral debería ser elaborado sobre la base del enfoque de cuencas. La fundamentación básica es que estos fenómenos climáticos se desarrollan sobre el área de la cuenca, y no con relación a la división política – administrativa del país.
- Algunos criterios para la elaboración del Plan integral.-
- El Plan integral deberá tener entre otros fundamentos el enfoque basado en Derechos. La razón primera debe ser la persona, y con ella, todos sus Derechos. El escenario de crisis climática deberá aportar al desarrollo de Nicaragua, y no para hacer más pobres a los y las pobres.
- El Plan integral está orientado al mediano y largo plazo. Coadyuva a los esfuerzos del desarrollo de Nicaragua. En consecuencia, es válido que el país también adopte un Plan de contingencia ante el riesgo a sequía / exceso de humedad.
- Nicaragua necesita avanzar en la adopción de un Sistema de alerta temprana ante sequía / exceso de humedad. Esta es una pieza clave del Plan integral. El sector agro – pecuario requiere de información: oportuna, veraz, pública, en tiempo real, sobre la base de la ciencia, etc.
- Se debe seguir trabajando teniendo presente la realidad que ofrece la seguridad ambiental comunitaria.
- La resiliencia comunitaria debe ser el pilar y la base para el desarrollo de las acciones en los ámbitos: territorial / comunitaria, municipal y nacional. Por ello, es necesario fortalecer las capacidades de las personas y las comunidades para la protección y el mejoramiento de la calidad de vida y sus medios de vida frente a las amenazas diversas.
- Se debe seguir trabajando que permita la participación pública en alianzas con las comunidades y las organizaciones de sociedad civil. Este esfuerzo debe permite hacer un uso más eficiente de las capacidades
- Las prioridades propuestas.–
- Disponibilidad de agua y el acceso para consumo humano, particularmente a acceso a agua potable. Unos cinco mil quinientos (5500) acueductos rurales administrados comunitariamente han resuelto los problemas derivados del suministro de agua potable. Brindan este servicio a aproximadamente un millón (1, 000,000) de personas. No obstante, el escenario climático ocasiona daños a estos acueductos, y reduce la oferta del servicio.
Ante la posibilidad de una agudización del acceso de agua para el consumo humano / acceso a agua potable se debe tener presente lo establecido en la Ley No. 620 – Ley general de aguas nacionales. El artículo 66 establece que: Las aguas utilizadas para consumo humano tienen la más elevada e indeclinable prioridad para el Estado nicaragüense, no pudiendo estar supeditada ni condicionada a cualquier otro uso.
En este mismo orden se debe ofrecer toda la asistencia técnica y material para que el liderazgo comunitario organizado en los Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) siga trabajando para ofrecer agua, en cantidad y calidad, para miles de personas. Este esfuerzo deriva en seguridad alimentaria, mejor calidad de vida, contribución a la salud, bienestar para miles de personas.
El agua y la diversidad biológica se deben incorporar el manejo de cuencas. Esta acción implica la organización de la población en sus comunidades en función de la conservación y protección de la cuenca: agua, tierra, flora y fauna.
Se debe seguir trabajando que coadyuven a la creación de condiciones para la cosecha de agua. La acción debe permitir la utilización del recurso para el consumo humano y la producción de alimentos a pequeña escala.
- Los medios de vida y la seguridad alimentaria y nutricional. Se debe seguir trabajando con énfasis en los aspectos esenciales siguientes:
Mayor producción de alimentos y calidad alimentaria / Diversificación de los ingresos, activos y medios de subsistencia. Las acciones de adaptación y de reducción del riesgo deben priorizar la diversificación de los ingresos desarrollando actividades de diversificación agrícolas y no agrícolas para restablecer y mejorar los medios de subsistencia de las comunidades afectadas.
Sobre el material genético (semilla). Se deben dedicar los mejores esfuerzos para continuar con la labor de organización de los Bancos comunitarios de semilla. Todas las energías deben contribuir a la preservación de la semilla criolla y acriollada en Nicaragua. Bajo ninguna circunstancia se debe permitir que la respuesta a la crisis climática sea la introducción de semillas transgénicas.
Continuar dedicando esfuerzos al proceso que permita la recuperación de la capacidad familiar de autoabastecerse para lograr seguridad alimentaria. Se debe adoptar las medidas necesarias para que haya una efectiva recuperación del inventario familiar para la alimentación que se ha disminuido como consecuencia del déficit de humedad.
Seguir trabajando sobre la base de las mejores prácticas agrícolas y agroecológicas. Estas deben coadyuvar que sea posible la producción de alimentos sanos y la conservación de los recursos naturales especialmente suelos y agua.
La recuperación de la economía familiar. Se deben desarrollar acciones que permitan a la brevedad la recuperación de la economía familiar. Particularmente la afectación derivada de la presencia del fenómeno climático El Niño.
Diseño de servicios financieros solidarios. Desarrollar iniciativas de fondos revolvente, bancos campesinos que permitan darle sostenibilidad a los programas y proyectos que se implementen.
Sobre la salud animal. Las especies menores y mayores de los y las campesinos/as constituyen una pieza importante de los medios de vida. El déficit de humedad ubica en mayores niveles de riesgo a estos recursos. Ante la posibilidad de la agudización del déficit de humedad se deben adoptar acciones para la preservación de estos recursos.
- La salud humana. Se debe seguir trabajando a favor de la producción de salud humana. Cada persona, cada familia, cada comunidad, tiene la posibilidad real de trabajar en la producción de salud desde su ámbito. Constituye un desafío esencial y urgente seguir aportando al fortalecimiento de la red nacional de promotoras/as de salud que están diseminados en todo el territorio nacional.
Se debe trabajar en la organización de una intervención más integral en materia de capacitación que permita la formación de un liderazgo comunitario integrado en distintas formas (cooperativas, CAPS, Comité de cuencas, asociación de productores). De modo que ante estas eventualidades ellos/as puedan auto-organizarse y desarrollar las respectivas alianzas.
La gestión de riesgo ante sequía / exceso de humedad constituye un esfuerzo extraordinario que coadyuva al Derecho a la sobrevivencia de miles de personas.
Managua, Nicaragua, 22 de abril de 2015.