El río Fonseca, río El Jícaro, río Tipitapa, río Coco, el Salto La Estanzuela, el río San Juan, el gran lago de Nicaragua, el lago de Managua son nombres de las principales fuentes hídricas del país que languidecen a causa de la sequía.
El prolongado período seco inició en noviembre de 2013, siguió en el verano e invierno del 2014, continuó durante todo el año 2015 y persiste en el 2016, sumando ya un total de 31 meses con ausencia de lluvias que ha dejado como consecuencia escasez de agua para consumo humano y la amenaza de que desaparezcan algunas de estas importante fuentes de abastecimiento del vital líquido.
En la parte norte del gran lago Cocibolca lo que se observa es: suelo cuarteado, el sol abrasador y el intenso calor, como preludio de la devastación y la reducción del imponente lago a charcos, dejando expuestos restos de animales y agudizándose la sed de los habitantes de esa región.
El diario La Prensa, una publicación local que ha dado amplia cobertura al fenómeno que afecta a más de la mitad de la población, refleja en un reportaje la dura realidad que viven las personas que habitan en el sector de El Potrerillo, la Pikín Guerrero, San Agustín, Acoyapa y La Palma, todos del departamento de Chontales.
En el lugar, la playa está visiblemente ensanchada por la retirada del lago de su orilla, “la peor vista hasta hoy”, dijo Felipe Granado, de 56 años, pescador y habitante de esa comarca. “En verano siempre había una retirada del agua, el año pasado hubo, pero esta ha sido en exceso. Usted camina para adentro del lago un kilómetro con el agua al ojo del pie”, indicó Granado.
Ante este desolador panorama, la población recibe la noticia alentadora que después de la segunda semana de mayo el invierno entrará con buen pie, llenando la noticia de optimismo a los productores y a la población que padece sed.