La situación en Centroamérica, una región considerada altamente vulnerable, debido a que gran parte del territorio se ubica en el Corredor Seco centroamericano, la creciente crisis climática, violencia social y migración han incrementado las vulnerabilidades y exacerbado los riesgos, situación que pone en peligro la vida de las personas; y muestra un drama humano sin precedentes.
Un escenario que agrava esta crisis es la corrupción, (según el informe de transparencia internacional los 4 países están en posición crítica en la gestión pública), más sin embargo el vecino del norte, está considerando a Guatemala, Honduras y El Salvador un tercer país seguro, en detrimento de los Derechos Humanos de los migrantes y a costa de la población centroamericana que ya vive situaciones críticas de índole sociopolítica y medioambiental.
En el 2019 e inicio del 2020, las personas detenidas en la frontera entre México y Estados Unidos (patrulla
fronteriza) fueron 89,003 (guatemaltecos 42,757; hondureños 33,824 y salvadoreños 12,422), la niñez no
acompañada es de 35,468 (guatemaltecos 20,701; hondureños 9,987 y salvadoreños 4,780).
La crisis humanitaria en Centroamérica es una realidad que también afecta a otros países como EE.UU. y México. El número de refugiados y solicitantes de asilo de los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) se ha multiplicado casi por diez desde 2011, a la fecha según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).Existe un incremento del 38,1% de concentración de hogares que migran en el corredor seco guatemalteco, similar en Honduras y El Salvador, una de las causas es el deterioro alimentario (INSA) que condiciona a los hogares a migrar por la disponibilidad de activos, empleo e ingresos.
Mientras las organizaciones de sociedad civil, la cooperación internacional y organismo humanitarios se enfoca en hacer intervenciones para atender las crisis humanitarias provocadas por fenómenos de tipo antrópicos (inadecuada planificación del desarrollo, monocultivo, deforestación) los gobiernos siguen impulsando un modelo extractivista que continua provocando inseguridad y pérdida de soberanía, sobre todo en los territorios que tienen condiciones de vulnerabilidad producto del Cambio Climático.
En conclusión, es posible reducir la migración si se reduce el deterioro de la Seguridad Alimentaria de los hogares, inseguridad ciudadana, violación a los Derechos humanos, falta de empleo, entre otros.
La CRGR ve con mucha preocupación que los gobiernos de la región firmen acuerdos de los cuales las organizaciones de sociedad civil y la población en general desconoce o conoce muy poco sobre su contenido,
siendo que la migración por las diferentes causas genera desplazamien-tos masivos y expone a las personas a una situación de vulneración de derechos y crea crisis en los territorios donde se desplazan.