Durante estos días ha surgido un conflicto emocional. Particularmente entre quienes han adoptado la norma de saludo con apretones fuertes de manos, besos en las mejillas, abrazos, la palmadita en la espalda, etc. Antes de la aparición de la pandemia del COVID 19 era normal que el saludo entre dos personas se acompañara de expresiones diferentes, dependía del grado de cariño, de la afinidad. Eso cambió en estos días. Ahora decimos: debemos tener cuidado con el contagio, es necesario el distanciamiento social.
Se reconoce que el distanciamiento social es una medida que podemos adoptar cada una de las personas ante el avance de la pandemia del COVID 19. Resulta sencillo. El contagio del virus puede afectar a cualquier persona. Es independiente del sexo, color de la piel, país de origen, si tiene dinero, o no, creencia religiosa, credo político; popularidad, o no. En fin, si una persona está contagiada y tiene una vida social activa, entonces la probabilidad de contagio a una o varias personas es una realidad, una posibilidad. Significa que desde cada persona se puede contribuir al proceso de contención de la enfermedad.
Debido a que se ha identificado que el contagio del virus es de persona a persona, Es suficiente una distancia de un metro, o metro y medio, entre una persona contagiada, y una o varias personas no contagiadas para la propagación de la enfermedad. Algunas personas argumentan, y con justa razón, no estoy contagiada, ¿por qué debo guardar ese distanciamiento social? Entonces, la respuesta debería ser sencilla. Debemos adoptar la medida de guardar una distancia de un poco más de un metro entre una y otra persona para contribuir a la propagación del contagio, es una medida de prevención. A esta medida es lo se denomina distanciamiento social, y constituye un elemento esencial de autorregulación, de responsabilidad ciudadana ante la evolución de la pandemia del COVID 19.
Recordemos que las personas tenemos la oportunidad para la adopción de medidas que permitan la construcción de una barrera de contención ante la pandemia del COVD 19. El distanciamiento social es una de ellas. El aislamiento social es otra. El conjunto de medidas adoptadas por cada una de las personas es lo que se denomina autorregulación. Cuando adoptamos una medida, entonces vamos a actuar con calma, sosiego, quietud, pero responsablemente. Estas medidas están a nuestro alcance, y es parte de la responsabilidad ciudadana.
Estamos llegando al inicio de un período en que los países examinan la posibilidad de reapertura de las actividades económicas, Nicaragua no sería la excepción. Por la tradición realizamos actividades sociales diferentes. Unas personas tienen un arraigo en la Fe, la iglesia es cercana en sus vidas, Otro grupo va a la playa. Hay quienes van a fincas, ríos. Un grupo se queda en su casa. Una vez que se adopte la reapertura de las actividades económicas, la movilidad humana irá recobrando los niveles cercanos de los días anteriores de la aparición de la pandemia del COVID 19. En todos los casos es prudente tener las medidas de autorregulación. Recordemos que una pandemia nos ha llevado a una crisis mundial de salud. Sosegados/as, pero con responsabilidad, así deberíamos actuar. La adopción del distanciamiento social sigue siendo una necesidad.
