Cinco puntos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desearía que se trataran en la Cumbre Humanitaria Mundial
En mayo de 2016, la comunidad mundial se reunirá en Estambul (Turquía) con motivo de la Cumbre Humanitaria Mundial, que supone la culminación de un proceso de consulta mundial en el que participan ocho regiones y más de 23 000 partes interesadas.
En esa Cumbre se pondrán en común las ideas más brillantes y las mejores prácticas del mundo entero y se definirá el programa de acción humanitaria para los próximos años. Como parte del proceso de consulta, la Organización Mundial de la Salud ha presentado un documento de posición en el que aboga por que la salud ocupe un lugar central en la acción humanitaria. Estos son los cinco mensajes fundamentales del documento:
- La salud y el bienestar de las poblaciones afectadas es el objetivo primordial de la acción humanitaria.
Independientemente del tipo de evento de que se trate –desastre natural, conflicto o brote de enfermedad– siempre están presentes los riesgos sanitarios. Según estudios de las Naciones Unidas, la salud figura sistemáticamente entre las tres cuestiones que revisten mayor prioridad para la población afectada por situaciones de crisis.
- Los riesgos sanitarios que plantean las emergencias humanitarias son ahora mayores que nunca y continúan agravándose.
En las últimas décadas se han producido importantes eventos que entrañan riesgos enormes para la salud, como desastres naturales de súbita aparición (por ejemplo, el terremoto de Haití), conflictos (por ejemplo, el de Siria) y brotes de enfermedades (como el de ebola en el África occidental).
En estos momentos hay en todo el mundo 80 millones de personas afectadas por crisis que necesitan asistencia.
- Los conflictos prolongados constituyen una de las mayores amenazas para la salud y para los trabajadores sanitarios a nivel mundial.
Se calcula que el 60% de la mortalidad materna prevenible y el 53% de la mortalidad de menores de cinco años corresponden a lugares que han sufrido conflictos, desplazamientos de población y desastres naturales.
Los ataques contra el personal de salud constituyen otro aspecto preocupante de los conflictos actuales. Según un informe de la OMS, en 2014 perdieron la vida 603 trabajadores sanitarios a consecuencia de ataques violentos durante emergencias humanitarias.*
- Las crisis provocadas por brotes de enfermedad requieren la colaboración de las comunidades sanitaria y humanitaria.
La crisis del èbola en el África occidental supuso un “momento decisivo para la salud de la comunidad mundial”, y demostró que la OMS debe tener una capacidad de respuesta potente. Ahora bien, la Organización no puede gestionar sola ese tipo de crisis. Las comunidades sanitaria y humanitaria han de colaborar de forma más estrecha.
- La gestión de los riesgos sanitarios es fundamental: la preparación resulta beneficiosa a todos los niveles -nacional, regional y mundial-.
Al gestionar los riesgos para la salud, la población tiene mayor capacidad para recuperarse y encontrar medios de subsistencia adecuados después de un desastre.
El Marco Mundial de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, adoptado por 187 países, sitúa a la salud en el centro de las políticas y medidas mundiales destinadas a reducir los riesgos asociados a los desastres.