De las palabras a los hechos: actuemos contra el cambio climático en Centroamérica es el título de reporte preparado en ocasión del aniversario de la presencia e impacto de la super tormenta Haiyán en Filipinas. El texto completo del Estudio será compartido públicamente el viernes 07 de noviembre de 2014. Este documento -de lectura obligatoria para quienes trabajamos cotidianamente para convivir con el riesgo- ofrece información sobre la realidad centroamericana como una de las regiones del mundo con elevados niveles de vulnerabilidad, particularmente ante fenómenos climático. Este reporte señala que:
El cambio climático afectará de manera significativa la producción de alimentos y a las condiciones de vida de familias campesinas e indígenas en América Central. El incremento de la temperatura y la alteración en las lluvias impactarán en la producción de alimentos, a la disponibilidad de agua y a las poblaciones. En la década pasada, se registraron más de 15 millones de personas afectadas por inundaciones, más de 3 millones por sequías extremas y casi 5 millones por temperaturas extremas en América Latina y el Caribe. Además, de acuerdo con escenarios del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el aumento del número de personas con riesgo de sufrir hambrunas en toda Latinoamérica, podría ser de 5 millones para el año 2020 y llegar hasta los 26 millones para el año 2050.
Cerca de 2,500,000 personas se han visto afectadas por cambios del clima en el corredor seco, y las cosechas de este año se han destruido entre un 70 y 80%. Por otra parte, las fuertes y recientes lluvias que afectan Guatemala, El Salvador y Nicaragua han provocado la muerte de decenas de personas, ha dejado a miles damnificadas y viviendas dañadas. En Guatemala se contabilizan 19 muertos desde mayo pasado, además de 483,000 damnificados y 5.321 casas con daños, principalmente al norte de esta nación. En Nicaragua, en 2013, se reportaron 17 muertes y unos 750,000 afectados en la temporada de lluvias. Este año se registran cinco muertos, 21,901 personas afectadas y 953 evacuadas.
América Central contribuye poco al cambio climático, pero recibirá parte de sus consecuencias más negativas, el calentamiento global incrementa la magnitud y frecuencia de eventos climáticos extremos, como las sequías que impactan a esta región, por ello, y ante la próxima COP20 que se realizará del 1 al 12 de diciembre en Lima, Perú, es fundamental que los gobiernos de la región prioricen el tema y actúen de manera inmediata para implementar políticas de adaptación al cambio climático, y que además destinen el financiamiento necesario para hacer frente a estos eventos pero también para implementar medidas de adaptación. Los daños por estos fenómenos hidro – meteorológicos serán de mayor magnitud si no se toman medidas urgentes en los ámbitos tecnológico, social y ambiental. Ante esta crisis humanitaria es urgente que los gobiernos atiendan el tema al nivel que se requiere, en la próxima COP20.
Eventos extremos del clima y sequías
Los eventos climáticos extremos tales como huracanes, sequías, tornados, lluvias intensas, nevadas o heladas, son los más frecuentes y los que mayores daños causan a la población de todo el mundo.
Los desastres son eventos socio-naturales o producidos por el hombre, repentinos o progresivos, que impactan con tal severidad a una comunidad o sector, que se tiene que reaccionar tomando medidas extraordinarias, para continuar con las actividades normales.
La sequía es una de las causas fundamentales de desastres a escala mundial. Durante los últimos 30 años se ha registrado un aumento en la frecuencia e intensidad de este fenómeno en el área caribeña. La sequía “se origina de la deficiencia en las lluvias en un período extendido de tiempo”, es “una propiedad normal y recurrente del clima”1. Las sequías pueden ser de distinto tipo:
Meteorológica, cuando la precipitación es inferior a lo normal para un lugar específico; Agrícola, cuando la humedad de los suelos no satisface los requerimientos para lograr un cultivo; Hidrológica, cuando las reservas superficiales y subterráneas están por debajo de lo normal; y socio – económica, cuando la escasez de agua afecta a las personas.
Históricamente la sequía es un acontecimiento natural de enorme trascendencia, ya que ha ocasionado hambrunas, movimientos migratorios masivos y gravísimas crisis económicas, sociales y políticas. Las sequías también pueden ser provocadas por fenómenos climatológicos, como ocurre con El Niño, que se relaciona con la escasez de lluvias en varias partes del mundo.
Adaptación y gestión de riesgo
La adaptación al cambio climático es la capacidad de los sistemas humanos y naturales para ajustarse de manera espontánea u ordenada a los impactos climáticos adversos. Es lo que podemos hacer para estar mejor preparados a los cambios del clima. Es un conjunto de acciones y procesos que tenemos que construir colectivamente.
Las acciones y políticas preventivas de adaptación, sobre todo aquéllas de largo plazo, son las que tendrán mayores posibilidades de prevenir los efectos que más pueden dañar a las personas, a las actividades que realizan y a las regiones vulnerables.
La adaptación al cambio climático implica construir capacidades, gestionar el riesgo, modificar esquemas productivos y hábitos de consumo, planear de manera colectiva y promover condiciones para el financiamiento y la inversión preventiva. Las estrategias frente a las sequías deben concebirse bajo un enfoque de gestión integral del riesgo.
Se puede acceder al texto completo a través de la MNGR.
La imagen recreación fue obtenida a través de internet.