La conferencia, que se celebra entre el 6 al 17 de noviembre, inició con el trasfondo de los destructivos efectos de los huracanes, incendios, inundaciones y sequías y sus efectos en la agricultura, con la consiguiente amenaza a la seguridad alimentaria.
Meléndez, en entrevista a Noticias 12, dijo que en cada una de las Conferencias de las Partes hay una agenda amplísima. Durante la primera semana que ya va en curso se da la reunión de alto nivel. Los jefes y las jefas de cada país se reúnen durante una semana y abordan los temas más acuciantes, los acuerdos más decisivos sobre todo los que están en la agenda prevista para esta COP 23 y durante la segunda semana, casi siempre reciben la visita de los dignatarios, jefes de gobiernos, que llegan a presentar sus puntos de vista.
Explicó que es cierto que meses anteriores se ratificó el Acuerdo de París y que para llegar a ese acto una vez que se inició la firma, en marzo de 2016, existió una condición y es que el 55 % de las partes, pero además que representaran el 55% de las emisiones era suficiente para que entrara en vigor la Decisión y el Acuerdo de París.
Hay tareas urgentes, la Conferencia ha recibido el mandato que en el 2018 se lleve a cabo un diálogo, que se creen condiciones para poder revisar cómo estará en el año 2020, que es cuando efectivamente este instrumento va entrar con todo su rigor.
Comentó que hay una preocupación en el ambiente porque los compromisos adquiridos nacionalmente por cada una de las partes indica que se seguía produciendo hasta 55 gigatoneladas de gases de efectos invernaderos y para estabilizar estos gases en la atmósfera no debía sobrepasar las 40 gigatoneladas, es decir hay 15 de más, asumiendo de que las partes van a cumplir con sus compromisos. El asunto se agrava un poco más con la decisión del gobierno de Estados Unidos de no reconocer el Acuerdo y salirse de la Convención.