El 22 de marzo está en la agenda global como el Día Mundial del Agua. Este recurso es esencial para la vida humana, y de otros seres vivos. En estos días se viene hablando públicamente que un número grande de personas enfrentan condiciones adversas para acceder a este recurso. En consecuencia, debemos dirigir la mirada hacia ese escenario de crisis.
En estos días del mes de marzo, y de abril también, de 2017 se viene hablando, divulgando, insistiendo, acerca de las dificultades para acceder a agua para consumo humano en diferentes comunidades, y barrios. No cabe duda alguna, Nicaragua posee los cuerpos de agua dulce –que pueden resolver esta situación- más importantes de la región. Se supone que el país no debería tener problemas para que la población acceda a agua para su consumo, particularmente agua potable. Sin embargo, la situación se torna dramática para miles de personas. Se sufre de sed, y otras complicaciones como agua para cocinar, limpieza del hogar, higiene personal, etc.
Algunas personas afirman que estos problemas están asociados a la evolución del fenómeno climático El Niño. Debemos tener presente que entre noviembre de 2013 y abril de 2016, el país enfrentó un déficit de humedad, no llovió suficientemente conforme las normas históricas de precipitación. Otras dicen que tiene que ver con las irregularidades del invierno de 2016. Que tenemos un déficit de humedad. Que no se logró una adecuada recarga de los cuerpos de agua subterráneos y superficiales. Hay quienes culpan sin mayor explicación al cambio climático. En fin, pareciera que es la suma de todas estas razones. La realidad es que se está ante un escenario pesimista con relación a la posibilidad de acceder a agua para consumo humano, más complejo para tener agua potable.
Muy poco se habla de la labor depredadora de los bosques. No hay explicación objetiva alguna acerca del papel que juega el bosque en el ciclo del agua. Menos información nos llega de la pérdida anual de cerca de 70.0 mil, o 75.0 mil, hectáreas de cobertura verde o bosque en Nicaragua. Es evidente que está en proceso acelerado la modificación del uso de suelo. Estos dos últimos elementos tienen un impacto adverso para la gestión integral del agua. Sin lugar a duda alguna, aunque haya un buen invierno cada vez será más lejano el acceso a agua para consumo humano. Es decir, no basta que llueva. El gran desafío es lograr frenar la labor depredadora del bosque, éste juega un papel esencial en el ciclo del agua.
La Ley General de Aguas Nacionales – Ley No. 620 establece que la prioridad del uso de las aguas nacionales es el consumo humano. No obstante, la vida cotidiana del país evidencia otra realidad. Cada día se sufre de sed, cada hora el acceso a agua para consumo humano es más lejano. Urge de acciones que coadyuven a la solución del problema que presenta el escenario pesimista en materia de gestión integral del recurso agua, pero debemos hacerlo desde su esencia.