ANHELAMOS VIVIR EN UNA REGIÓN Y EN UN MUNDO DE PAZ Y ARMONÍA La comunidad convocada por la Mesa Nacional de Gestión de Riesgo (MNGR) para compartir acerca de los riesgos reales del Río San Juan somos personas firmes, amantes de la paz y la convivencia. Luego de una reflexión profunda sobre las personas que habitan en las riberas del Río, la economía y el medio ambiente, expresamos nuestra profunda preocupación sobre la destrucción, degradación y alteración de la vida-mantenimiento del Río San Juan. Estamos conscientes de que esta destrucción provoca cambio climático y sus efectos que atentan a la vida, en especial la de las personas más empobrecidas y vulnerables y también perjudicial para nuestro bienestar interior y ofensivo para las creencias, tradiciones y culturas campesinas, indígenas y afro descendientes.
Por principios y por actitud de vida anhelamos vivir en una región, y en un mundo, de paz y armonía, en consecuencia, ante la situación que se ha vivido en los últimos meses con relación al diferendo limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, nos convocamos a incidir en políticos/as, líderes y lideresas religiosos/as, docentes, académicos/as, y científicos/as de ambos gobiernos para que se comprometan a asumir mayor responsabilidad en el cuidado del río.
Por lo anterior, las personas participantes en el Conversatorio Los riesgos reales del Río San Juan, que se desarrolló el jueves 15 de marzo de 2012, emitimos el siguiente pronunciamiento:
1. Afirmamos que el Río San Juan, como patrimonio nacional nicaragüense, es sustento de todo tipo de vida para las comunidades, su clamor llega a los oídos de todas las personas de buena voluntad. El gobierno de Costa Rica construye una carretera en la ribera sur del Río, sin estudios de impacto ambiental, lo cual está destruyendo, degradando y alterando el eco-sistema binacional y centroamericano.
2. Creemos que el espacio y mecanismo de solución ante cualquier diferendo entre dos países hermanos debe ser el diálogo. En esencia, se debe otorgar prioridad al diálogo sin condiciones. En diálogo entre sí, nos puede guiar en la búsqueda de una solución armoniosa del Río San Juan.
3. Consideramos firmemente que se debería instalar a lo inmediato una Comisión Binacional con el mandato de preparación de las propuestas firmes y duraderas, de probable solución integral al problema, y fijar un plazo prudente y razonable para esta labor.
4. Sugerimos que los asuntos de carácter limítrofe que no pudieran ser resueltos por la vía de la Comisión Binacional deberían ser elevados para la consideración de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a la cual animamos a emitir una pronta resolución del diferendo.
5. Unimos nuestra voz para solicitar a los diferentes actores sociales de los dos países que evitemos el uso de un lenguaje que conduce a la exacerbación de los ánimos, la xenofobia como norma de vida cotidiana, y la exaltación hacia acciones que lesionan la integridad humana.
6. Felicitamos a los Organismos No Gubernamentales (ONG) de Costa Rica y Nicaragua. Así mismo al movimiento ambientalista de la región mesoamericana por defender el Rio San Juan y la región misma y reprobar la construcción de la carretera costarricense.
7. Felicitamos a la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ), por haber tomado con mucha responsabilidad, seriedad y profundidad la denuncia; investigar el caso contra el Rio San Juan, y desarrollar un proceso próximo a una resolución.
8. Buscamos como implementar en nuestras organizaciones de la sociedad civil, organizaciones basadas en la fe y en la vida personal una ética de la espiritualidad eco-céntrica.
Por ello, y como gesto de solidaridad y testimonio cristiano, las y los presentes nos comprometemos a emprender una serie de acciones conjuntas, de resistencia civil, pacífica, desde la fe y a firmar un posicionamiento público que refleje este compromiso con la sociedad nicaragüense, mismo que a continuación presentamos y en el que están contenidos los principales puntos del conversatorio: los riesgos reales sobre el Río San Juan.
Dado en la ciudad de Managua, Nicaragua a los 15 días del mes de marzo de 2012.