El 22 de diciembre de 1989 los Estados miembros del Sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU) designaron el segundo miércoles de octubre como Día internacional para la reducción de los riesgos a desastres. La decisión de la Asamblea General fue adoptada con el fin de promover una cultura mundial para la reducción de los desastres. Se incluye la prevención y mitigación, las acciones y actividades de preparación. Esta fecha fue observada anualmente desde 1990 hasta 1999.
Desde el inició de esta fecha -hace ya 25 años- este día se ha transformado en una actividad del ámbito mundial de gran importancia. Es un esfuerzo orientado para aumentar el grado de sensibilización en torno a los escenarios de riesgo. Se ha celebrado de diversas formas para alentar y promover esfuerzos dirigidos a establecer comunidades y naciones más resilientes frente a los desastres.
La edición del año 2016 –por ejemplo- marcó el lanzamiento internacional de la campaña Sendai siete. Ésta se centró en los siete objetivos establecidos en el Marco de Sendai para la reducción de riesgo a desastres 2015 – 2030. El primero de los cuales es reducir la mortalidad de los desastres. La campaña Sendai siete representa una oportunidad para que todos los actores sociales, incluidos los gobiernos nacionales y locales, los grupos comunitarios, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y la familia de la ONU promuevan las mejores prácticas existentes. La esencia es la reducción de los escenarios de riesgo a desastres, aportar el desarrollo de las naciones, y la reducción de las pérdidas que éstos ocasionan en diferentes latitudes.
Se afirma que a nivel mundial, las mujeres y los niños y niñas tienen hasta 14 veces más probabilidades que los hombres de morir en un desastre y aproximadamente el 60% de las muertes maternas prevenibles y evitables 53% de los menores de 5 muertes tienen lugar en situaciones de conflicto y de desastre. Otros grupos afectados de manera desproporcionada incluyen a las personas que viven con discapacidad, las personas mayores y los pueblos indígenas.
Como parte de los compromisos derivados del Marco de Sendai están las prioridades para la acción:
Prioridad 1: Comprender el riesgo de desastres.
Prioridad 2: Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionar dicho riesgo.
Prioridad 3: Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia.
Prioridad 4: Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz y para “reconstruir mejor” en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción.
A seguir aportando para la reducción gradual, pero acelerada, de los escenarios de riesgo. Este es el desafío.