La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, (NOAA, por sus siglas en ingles), con fecha 15 de noviembre de 2016, brindó información acerca de la formación de un organismo tropical en el Océano Atlántico. De acuerdo al sistema de vigilancia meteorológica establecido el fenómeno estaba justamente en el área de alertas y avisos. Sobre esta base los Sistemas nacionales de protección civil -se incluye al Sistema Nacional para la prevención, mitigación y atención de desastres (SINAPRED)- procedieron a ofrecer información relacionada a la evolución del fenómeno en cada uno de los países de la región.
La Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo – Nicaragua (MNGR) procedió al establecimiento del monitoreo permanente del fenómeno. Era necesario ir conociendo gradualmente el riesgo que entrañaba éste, qué implicaba para Nicaragua, y la región también. Debíamos tener presente los antecedentes inmediatos para la formación de tormentas tropicales y huracanes en esta área geográfica, aunque la literatura nos indica que se debe examinar cada caso individualmente. Se debía tener presente cada una de las prioridades de acción del Marco de Sendai… 2015 – 2030, allí radica la prioridad para la gestión de riesgo. Comprender el riesgo de desastres, y trabajar en la gestión de este, es la esencia del enfoque.
Ahora con más calma reconocemos que durante el período que va del martes 15 y el viernes 25 de noviembre de 2016 estuvo en nuestra agenda asuntos asociados al comportamiento del clima durante los últimos cinco (5) años. No cabe duda alguna que climáticamente hablando este era un año muy complejo. Compartimos cinco (5) de los asuntos que habían atrapado nuestra atención. El análisis de la amenaza obligaba a tener en cuenta la historia más reciente de estos eventos, y era necesario hacer el vínculo a los escenarios de riesgo bajo la condición imperante con fecha martes 15 de noviembre de 2016. Éstos eran:
- El país, y la región también, habían sido el escenario que soportó los efectos adversos de un episodio del fenómeno climático El Niño. Por ejemplo, Nicaragua fue afectada por una sequía que se extendió desde noviembre de 2013 hasta abril de 2016. Se habían reportado daños en siete (7) ciclos agrícolas. Pero, adicionalmente se debía tener presente el deterioro del suelo, pérdida de cobertura boscosa, etc. Eran potencialmente múltiples escenarios de riesgo.
Se puede acceder al texto completo del documento a través de la dirección electrónica siguiente: https://mngrnicaragua.org?wpdmpro=bitacora-del-huracan-otto