Tras un mes de sismos, el invierno entra a Nicaragua, afirma Abdel García. También nos recuerda que recién cumplimos un mes después del terremoto que azotó Nicaragua, pasamos de Alerta roja a amarilla como una invitación a que intentemos paulatinamente volver a la “normalidad”, Su puede acceder al texto completo a continuación.
El turno de la lluvia…Tras un mes de sismos, el invierno entra a Nicaragua.
Recién cumplimos un mes después del Terremoto que azotó Nicaragua, pasamos de Alerta Roja a Amarilla como una invitación a que intentemos paulatinamente volver a la “normalidad”, lo cual seguramente lograremos gracias a nuestra corta memoria. Atrás dejamos uno de los meses más activos de los últimos tiempos sísmicamente hablando. Después del Terremoto de Nagarote del pasado 10 de Abril del 2014, 708 sismos han sido reportados por INETER (98 superiores a 3.0 en escala de Richter), dejando una media diaria aproximada a los 33 sismos para ese mes.
Entramos al mes de Mayo y sigue temblando. En los primero 10 días se han reportado otros 108 sismos, 15 de estos superiores a 3.0 escala de Richter, la mayoría de ellos ocurridos en el Volcán Momotombo que no ha parado de temblar y un curioso día 05 de mayo en donde los sismos se reportaron nuevamente en el Volcán Apoyeque el misterioso vecino de la ciudad capital.
Por sus características topográficas y morfológicas, el territorio de la ciudad de Managua se pensaba que no presentaba hasta la fecha, registros de grandes eventos de inestabilidad de ladera que hayan producidos daños y victimas, si se compara con otras áreas de Nicaragua, pero algunos trabajos de investigación, como por ejemplo el de ”Amenaza por Inestabilidad de Laderas del área de Managua y sus alrededores – INETER 1999” demostraron que la ocurrencia de eventos inestables en el área de Managua, es más frecuentes de lo que anteriormente se asumía.
Muy probablemente a partir del 15 de mayo entre el invierno con normalidad y esto siempre suele ser una muy buena noticia, sin embargo por influencia de los movimientos sísmicos muchas laderas estarán debilitadas y la lluvia suele ser el factor que provoque que estas se vuelvan más inestables y mecánicamente se muevan en masas.
Si bien es cierto, la mayor parte del área del casco urbano de Managua se ubica en una zona plana, de escaso relieve, sin embargo sus alrededores presentan una topografía más accidentada y un relieve más empinado: laderas de los volcanes Apoyeque, Masaya y elevaciones de las Sierras de Managua.
El riesgo se incremente ya que en la actualidad la ciudad se está extendiendo al sur y al oeste este ultimo a lo largo del Lineamiento Volcánico Miraflores-Nejapa; muchas urbanizaciones se están construyendo en zonas de mayor relieve, sobre laderas de elevadas pendientes, en la búsqueda de vistas panorámicas. En esta zona, por su origen volcánico, los procesos geodinámicas externos, erosión, remoción en masa y sedimentación, son particularmente más activos e intensos, que el resto del área, por lo tanto es recomendable evaluarlos de forma particular a la luz de los estragos que pudieran haber causado los sismos.
Recordemos que Managua, ya siendo Capital de Nicaragua, fue destruida por un violentísimo aluvión, ocurrido el 04 de Octubre de 1876, el que se originó, supuestamente, en Ticomo, en el Suroeste de Managua, de donde se desprendieron gigantescas cantidades de aguas pluviales, rocas o peñascos enormes, árboles de variados tamaños y lodo, todo lo cual a su paso destruyó gran parte de las cuatro mil casas que tenía Managua, más varios centenares de seres humanos muertos, lesionados y golpeados, algunos de los cuales fueron arrastrados hasta el interior de las aguas del Lago de Managua.
El aluvión habrían seguido la ruta del lado de donde es hoy la Carretera Sur y entrado al Centro de aquella Managua pequeña por las Avenidas conocidas hoy como Avenidas Bolívar, es decir, por donde están ubicadas actualmente la Asamblea Nacional, La Cancillería o Ministerio de Relaciones Exteriores y por lado Este de la antigua Catedral de Managua.
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Abdel García
Centro Humboldt