La Conferencia de Las Partes 21 (COP21, por sus siglas en inglés) nos ofrece un documento que contiene dos partes: La Decisión, y el Acuerdo de París. El segundo es un anexo de la primera. En consecuencia hay que realizar una lectura con detenimiento y a profundidad. La decisión responde ante una duda. El acuerdo es un convenio entre dos o más partes, o una resolución premeditada de una o más personas. Así camina el proceso de negociación del clima. Para la entrada en vigor del Acuerdo se necesitaba que el 55.0% de Las Partes que representan el 55.0% de las emisiones se adhirieran. Debía ser con antelación al 22 período de sesiones: noviembre de 2016. Antes de lo previsto se había cumplido la meta.
Durante el acto de firma del Acuerdo en atención de la invitación del Secretario General, Nicaragua reitero su decisión de no firma sobre la base de los principios de justicia climática. A finales de septiembre de 2017, mientras el caribe era golpeado severamente por tormentas tropicales y huracanes, anunció que procedería a la adhesión del instrumento para la gestión climática. Finalmente el pasado 20 de octubre de 2017 se firmó el instrumento de adhesión.
Se afirma reiteradamente que Centroamérica es una región geográfica altamente vulnerable, particularmente ante los efectos adversos del cambio climático. El ejercicio cotidiano de los Centros de observación del comportamiento climático así lo confirman. El Índice de Riesgo Climático (IRC) –por ejemplo- lo registra. La Decisión y el Acuerdo de París aprobados durante La COP 21 registran tímidamente esta situación. Por ejemplo, se aspiraba para que la temperatura promedio global se anclara actualmente en los 1.5 grados Celsius con relación al año 1992 –entonces eran 15 grados C-, y meta, u horizonte de tiempo, hasta el 2100. El registro histórico indica que entre los años 1992 y 2017 –el 25% del horizonte de tiempo de la proyección- se ha alcanzado un incremento de las temperaturas globales de aproximadamente 1.2 grados C. De continuar la tendencia, el escenario derivado de estos niveles de temperatura resulta complejo, nada alentador para la humanidad, y otros seres vivos también.
La Decisión y el Acuerdo indican que Centroamérica es una de las regiones geográficas del planeta Tierra más expuestas. Pero, hasta allí nomás. Veinte (20) años de trabajo arduo y perseverancia del movimiento social y las organizaciones sin ánimo de lucro permitió alcanzar algunos frutos. Se ha logrado que quienes toman decisiones en nombre de la humanidad tuvieran presente a esta región. Sin lugar a dudas es un primer paso, luego de llevar adelante las campañas que tenían como objetivo el reconocimiento oficial de La COP. En este orden, se registra que de 248 eventos asociados a desastres y ocurridos entre los años1930 y 2008, es decir unos 78 años, el 85% tuvieron como génesis el desarrollo de fenómenos hidro – meteorológicos. Un segmento de la comunidad científica sesgado por el eclipse ocular ha reiterado que no hay indicios -sobre la base de la ciencia- que vinculen el drama climático que vive la humanidad y la ruptura de la armonía del clima que deriva en desastres.
La aseveración anterior tiene como base un elemento que subyace en el mundo de quienes conviven en los escenarios adecuados para llevar adelante el proceso de negociación del clima. El texto registra probablemente la esencia de la crisis:
La Decisión… 17. Observa con preocupación que los niveles estimados de las emisiones agregadas de gases de efecto invernadero en 2025 y 2030 resultantes de las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional no son compatibles con los escenarios de 2 º C de menor costo sino que conducen a un nivel proyectado de 55 giga – toneladas en 2030, y observa también que, para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 º C con respecto a los niveles preindustriales, mediante una reducción de las emisiones a 40 giga – toneladas, o por debajo de 1,5 º C con respecto a los niveles preindustriales…
En consecuencia, los escenarios de riesgo con relación a las condiciones del año 1992 se han exacerbado. Todo hace indicar que la meta no se corresponde con la realidad. Entre otros, y no se agota la agenda, se destacan:
- Se ha incrementado el nivel de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. Nos aproximamos aceleradamente a las 450 partes por millón equivalente (PPMe) de éstos; y en consecuencia, a corto plazo pudiéramos llegar al denominado Punto de No Retorno.
- Este fenómeno implica que aunque hipotéticamente cesaran las emisiones de GEI, la temperatura promedio global seguiría en ascenso creando escenarios climáticos dramáticos para los seres humanos y otros, para la diversidad biológica.
- Se han creado las bases para la pérdida de agua dulce. Estamos observando un proceso acelerado de descongelamiento de los cuerpos de agua en los glaciales, picos altos de montañas, etc. Teníamos la idea de que estos estarían bajo esta condición a perpetuidad. No es así. El agua para consumo humano –y particularmente agua potable- está en riesgo.
- De acuerdo a las proyecciones acerca del comportamiento del clima, se tenía un horizonte. Se estimaba que en 100 años –entre 1992 y 2100- la temperatura promedio se pudiera incrementar en 2.0 grados C. Pero, en solo 25 años se ha elevado un poco más de 1.2 grados C. Esto deriva en múltiples escenario para el clima. Recuérdese que Centroamérica es altamente vulnerable ante estos efectos.
- Hay indicios de un incremento del nivel medio de las aguas marinas. Esto deriva –entre otros eventos- en áreas costeras marinas inundadas, pérdida de territorio, afectación de las ciudades ubicadas cerca de las costas, daños a la economía familiar de las personas que habitan en estas áreas, pérdida y daños a la infraestructura, etc.
- Actualmente se tiene información sistematizada acerca de afectaciones adversas del cambio climático en diferentes actividades económicas: agricultura, salud humana y animal, ganadería, turismo, manejo de bosque, administración de acueductos rurales, etc.
El Acuerdo… Artículo 7
- Por el presente, las Partes establecen el objetivo mundial relativo a la adaptación, que consiste en aumentar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático con miras a contribuir al desarrollo sostenible y lograr una respuesta de adaptación adecuada en el contexto del objetivo referente a la temperatura que se menciona en el artículo 2.
- Las Partes reconocen que la adaptación es un desafío mundial que incumbe a todos, con dimensiones locales, subnacionales, nacionales, regionales e internacionales, y que es un componente fundamental de la respuesta mundial a largo plazo frente al cambio cli mático y contribuye a esa respuesta, cuyo fin es proteger a las personas, los medios de vida y los ecosistemas, teniendo en cuenta las necesidades urgentes e inmediatas de las Partes que son países en desarrollo particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático
Para hacer frente a estos escenarios de crisis climática, y otros que constituyen eventos subsecuentes, el Acuerdo ofrece un calendario mínimo… 36. Invita a las Partes a que comuniquen a la secretaría, en 2020 a más tardar, estrategias de desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo, con vistas a mediados de siglo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 4, párrafo 19, del Acuerdo, y pide a la secretaría que haga públicas, en el sitio web de la Convención Marco las estrategias que comuniquen las Partes a este respecto… Cada una de Las Partes hace lo propio en la región. Sin embargo, no se debe olvidar que las 40 economías más fuertes, las que se erigen sobre la base de la industria extractiva en particular, esas que están en el denominado Anexo 1 son las causantes de estos escenarios de riesgo climático que derivan en desastres.
El trabajo global del año 2015 dejó varios instrumentos para la gestión que se debería hacer desde Centroamérica. Téngase presente en la agenda: el Marco de Sendai para la reducción de riesgo a desastres, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y la Decisión y el Acuerdo de París. El año 2016 nos ofrece la Declaración de la Cumbre Mundial Humanitaria, y también la Enmiendas del Protocolo de Montreal adoptadas por La Conferencia de Las Partes de éste, en Kigali, Ruanda, octubre de 2016. Se debe tener presente que este último instrumento –el Protocolo de Montreal- ha sido exitoso con relación a la reducción gradual de las sustancias refrigerantes y contaminantes de corta vida, pero nocivas.
En consecuencia, desde la región se debe continuar con los esfuerzos sobre la materia. Se debe tener presente en la agenda entre otros compromisos:
- El mejoramiento y actualización de los marcos jurídicos y regulatorios que brindan más fortaleza al trabajo asociado a la gestión de riesgo para el desarrollo. Urge la definición de acciones que permitan tener: Políticas públicas, normas jurídicas, planes desde el ámbito local hasta el nacional.
Acuerdo de París… Artículo 8
- Las Partes reconocen la importancia de evitar, reducir al mínimo y afrontar las pérdidas y los daños relacionados con los efectos adversos del cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos y los fenómenos de evolución lenta, y la contribución del desarrollo sostenible a la reducción del riesgo de pérdidas y daños.
- De conformidad con las prioridades para la acción es una necesidad vital la realización de más esfuerzos en todos los niveles de la educación formal. Se incluye el estímulo para los Estudios, Investigación, educación en línea, el conocimiento ancestral y comunitario.
Acuerdo de París… Afirmando la importancia de la educación, la formación, la sensibilización y participación del público, el acceso público a la información y la cooperación a todos los niveles en los asuntos de que trata el presente Acuerdo,
- En correspondencia con lo anterior se debe tener presente la experiencia acumulada en todo el sistema de educación no formal. Probablemente la esencia de la Metodología de Educación Popular (MEP), y la Estrategia de Atención Primaria en Salud (APS) sea válida ante el paso devastador de los efectos adversos del cambio climático.
- Debe haber un aprovechamiento más consistente de las oportunidades que brindan las denominadas redes sociales, y todos aquellos recursos que se derivan de la revolución de la información y la comunicación.
- La región ha logrado el desarrollo de múltiples experiencias que no surgieron necesariamente como medidas de adaptación, pero que constituyen una parte de la riqueza para hacer frente comunitario ante los efectos adversos del cambio climático. Algunas ideas sobre este tópico: bancos comunitarios de semilla criolla, experiencia sobre manejo de suelo, cuido de bosques, administración de acueductos rurales, etc.
El Acuerdo de París… Artículo 7
- Las Partes reconocen que la labor de adaptación debería llevarse a cabo mediante un enfoque que deje el control en manos de los países, responda a las cuestiones de género y sea participativo y del todo transparente, tomando en consideración a los grupos, comunidades y ecosistemas vulnerables, y que dicha labor debería basarse e inspirarse en la mejor información científica disponible y, cuando corresponda, en los conocimientos tradicionales, los conocimientos de los pueblos indígenas y los sistemas de conocimientos locales, con miras a integrar la adaptación en las políticas y medidas socio económicas y ambientales pertinentes, cuando sea el caso.
Sin lugar a dudas, la tarea enorme que se deriva de esos escenarios de riesgo climático demanda del concurso de todos los sectores sociales, de toda la capacidad creadora de la región. Recordemos que el fenómeno va a un paso más acelerado que el de nuestros planes. Debemos correr para la gestión de riesgo.
La Decisión… 20. Decide organizar, en 2018, un diálogo de facilitación entre las Partes para hacer un balance de sus esfuerzos colectivos y determinar el avance en el logro del objetivo a largo plazo que se describe en el artículo 4, párrafo 1, del Acuerdo