Resiliencia y Generosidad en la Parcela: La Historia de Éxito de Rodríguez García
Rodríguez García, una apasionada de la tierra y defensora del medio ambiente, ha convertido su pequeña parcela en un oasis de vida y prosperidad en la comunidad. Su historia de vida es una inspiración para aquellos que desean trabajar la tierra con resiliencia y amor por la naturaleza.
Rodríguez García, junto con su familia, ha sido parte activa de la comunidad durante años. Ha contado con el apoyo de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo (MNGR), quienes han brindado asistencia técnica y capacitación en prácticas agrícolas sostenibles. “Nos han enseñado a hacer abono orgánico y fertilizantes que benefician nuestros cultivos de frijoles”, mencionó García, resaltando la importancia de estos conocimientos para su éxito en la parcela.
La ayuda externa también ha sido fundamental en su camino hacia la autosuficiencia agrícola. Grupos de voluntarios han llegado a la comunidad para colaborar con los trabajos en la parcela y los cultivos básicos. Además, se han organizado talleres educativos para aprender técnicas de conservación del suelo y evitar la quema, lo cual ha fortalecido la tierra y ha mejorado la calidad de las cosechas.
En la parcela de Rodríguez García, se pueden encontrar una gran variedad de árboles frutales como mango, naranja, mandarina y limón. Estos frutos no solo benefician a su familia, sino que también comparte generosamente con los vecinos. “Regalamos guineos, limones y naranjas a la gente de la comunidad. También les brindamos limones para uso medicinal, ya que son conocidos por sus propiedades beneficiosas para la gripe”, destacó García.
El trabajo en la parcela es un esfuerzo en equipo, liderado principalmente por las mujeres de la comunidad. “La mayoría de las tareas diarias, como recolectar agua y leña, están a cargo de las mujeres. Son ellas quienes mantienen la fortaleza de la parcela y nos guían en el camino hacia el éxito”, expresó García, destacando el papel fundamental de las mujeres en su comunidad.
En su lucha por la sostenibilidad, las mujeres de la comunidad Llanos del Boquerón, enfrentan un desafío diario: caminar varios kilómetros para recoger agua en baldes. Unidas en su compromiso, estas valientes mujeres llevan en una mano el preciado líquido vital y en la otra a sus hijos, quienes las acompañan en esta travesía. Con determinación y esfuerzo, no solo se aseguran de regar los cultivos, sino también de contar con agua para beber y lavar la ropa en el río. Su dedicación y espíritu de colaboración son un ejemplo de fuerza y resistencia para toda la comunidad.
A pesar de los desafíos climáticos, Rodríguez García ha implementado estrategias para conservar la humedad del suelo durante los meses secos. Durante el invierno, utiliza botellas con agua para hidratar las plantas, mientras que en verano, se dedica a llenar recipientes de agua temprano en la mañana para garantizar un suministro constante. Este enfoque cuidadoso y planificado ha sido clave para mantener su parcela fructífera.
Con una mirada al futuro, Rodríguez García tiene grandes planes para su parcela. “Si Dios lo permite, quiero seguir expandiendo y mejorando mi parcela. Quiero tener más variedad de cultivos y hacer que se vea aún más hermosa”, compartió emocionado. Su dedicación y perseverancia en el trabajo de la tierra son ejemplos claros de cómo la pasión y el esfuerzo pueden transformar una parcela en un verdadero paraíso agrícola.