Recién concluyó -con más pena que gloria- La Conferencia de Las Partes 20 (COP 20, por sus siglas en inglés), Lima, Perú. Durante dos semanas gente de todos los países se concentran en una suerte de punto de convergencia, o de encuentros, para el debate, reflexión, estira y encoge, expectativas y desencantos, palabras y promesas, ir y venir, búsqueda de respuestas ante la amenaza creciente del calentamiento global, entre otros males. Una vez más, se repitió la historia. Más de lo mismo, dice el liderazgo comunitario que comparte la agenda de crisis climática. Exactamente, ahora la promesa es que durante la COP 21, en París, Francia, se pudiera tener un texto asociado al régimen climático que por supuesto no sería legalmente vinculante.
Una vez más funcionó el laberinto del texto para quienes La COP es un buen negocio. Las expectativas siguen siendo exactamente eso. La vida cotidiana transcurre sobre la base de los sobresaltos que impone un modelo económico que tributa a favor de la tendencia creciente de la más grave y severa amenaza del planeta tierra. Es así que el denominado punto de no retorno ahora está en la literatura como referencia histórica, pero que para la vida cotidiana constituye la posibilidad dramática de una catástrofe. Casi nadie hace referencia de las implicaciones de llegar a ese punto.
Un recorrido rápido sobre la base de las evidencias que indican cómo se está calentando aceleradamente el planeta tierra obligan a erigir más firmemente las banderas de lucha a favor de un nuevo régimen del clima que sea legalmente vinculante. Entre otros indicadores que registran dramáticamente la ruta hacia el punto de no retorno, examinemos los siguientes:
- El incremento de la temperatura media global del aire en la parte más baja de la atmósfera que se registra entre 1992 y 2014. Se debe recordar que en la parte baja de la atmósfera se produce el agua y el oxígeno, elementos indispensables para la vida.
- La pérdida en el volumen de los cuerpos de agua congelada del mundo: casquetes polares, parte superficial más alta de la tierra, disminución de la capa de nieve.
- El incremento de la temperatura media global del aire en los océanos. Asociado un a aumento del contenido de calor en los océanosy de la temperatura en la superficie del mar. El incremento del contenido del vapor de agua en la atmósfera asociado a las altas temperaturas, y con tendencia creciente.
- El incremento gradual y sostenido del nivel medio global del mar.
- La tendencia creciente de la temperatura media global en la superficie de los océanos. Éste ejerce una influencia directa sobre los fenómenos climáticos El Niño y La Niña, por ejemplo.
Es evidente que el modelo económico predominante sigue incorporando gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera con todos los efectos adversos que se derivan del pronóstico. El escenario climático indicado por la comunidad científica registra que nos aproximamos rápidamente al punto de no retorno. No cabe duda alguna que el laberinto del texto como juego en el marco del proceso global de negociación del clima está agotado, y la paciencia nuestra también. Urge la identificación de otros derroteros.