La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó una nota el pasado miércoles 01 de agosto de 2018. Está relacionada con las condiciones meteorológicas extremas y de fuerte impacto que actualmente afectan a diferentes países. Éstas.se han desarrollado durante los meses de julio y agosto del año en curso, que han derivado en afectaciones muy severas, particularmente para los países con economías endebles, y justamente en el período canicular. Uno de los sectores más afectado por el fenómeno es el agropecuario.
Durante las últimas semanas ha circulado información relacionada con la situación grave del sector agropecuario en la región. Ya se hace referencia a los estragos de la sequía. Se hace referencia al decremento de la precipitación con relación al registro histórico para el mismo período: I sub – ciclo del invierno. Se afirma que está lloviendo menos, particularmente en el denominado corredor seco centroamericano. De acuerdo a nota de prensa, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) alerta que Centroamérica necesita de asistencia alimentaria para hacer frente a los estragos de la sequía, particularmente para la población más vulnerable ante la evolución de esta condición climática.
También durante este mismo día está circulando un pronóstico con relación a la probabilidad alta de que el fenómeno climático El Niño se presente en el escenario de nuestra región a partir de los meses de octubre y noviembre de 2018. Durante el ciclo presente del fenómeno conocido como La Canícula ha habido preocupación en el sector agropecuario. En Nicaragua el evento históricamente se ha presentado entre el 15 de julio hasta el 15 de agosto del mismo año. No obstante, ahora se presentó tempranamente, quizás a partir de la primera semana de julio. En consecuencia, el escenario generó más preocupación. La literatura registra que el fenómeno puede tener un período de duración de cuatro (4) hasta siete (7) semanas.
La preocupación tiene como base la evolución deficitaria del invierno particularmente en el corredor seco centroamericano, una canículo denominada extrema y más recurrente, y el pronóstico de que se aproxima nuevamente El Niño en esta región. La finalización del período de la canícula dejó más incertidumbre entre el sector económico más expuesto ante la evolución de estos fenómenos climáticos. Son pérdidas para quienes cultivan frijol y maíz, y para quienes tienen ganado mayor en número pequeño. El liderazgo que administra y gestiona acueductos rurales también está preocupado, y la razón es justa. Es un conjunto de amenazas climáticas que se están desarrollando en ciclos de vida cortos con impactos severos en:
- La seguridad alimentaria y nutricional en la población más vulnerable,
- El decremento del inventario alimenticio de la familia campesina,
- La economía campesina (pequeños/as, medianos/as) en decremento,
- La pérdida de material genético asociado a la vida campesina,
- El deterioro de los suelos que son aptos para la agricultura,
- La migración por razones laborales,
- La desintegración de la familia campesina y la consecuente descomposición social,
- La crisis en los acueductos rurales que administra el liderazgo comunitario que deriva en limitación para acceder a agua potable.
- El incremento de los episodios de enfermedades de piel, vías respiratorias y estomacales.
Esta es una parte de los elementos del escenario de riesgo que se presenta particularmente en las comunidades campesinas y que son las más vulnerables. Diferentes notas de prensa vienen registrando los efectos adversos y severos de los fenómenos en desarrollo. Las expresiones de organización para la gestión de riesgo están monitoreando esta situación, y analizan los diferentes escenarios y las acciones para la labor humanitaria.
Las fotografías son parte del registro de la visita de campo del equipo de la MNGR que se llevó a cabo el martes 14 de agosto de 2018.
