Este año el Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, tiene como tema “No dejar a nadie atrás” y se conmemora desde 1993 para llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de sus recursos.
En el año 2018 comenzó un decenio dedicado a promocionar y acelerar iniciativas que solucionen los desafíos que presentan los recursos hídricos del planeta: sequías, inundaciones, contaminación del agua, etc… El decenio tiene también por objetivo concienciar a la opinión pública acerca de la importancia del agua en la erradicación de la pobreza y el hambre, y el logro de un desarrollo sostenible.
El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019, indica que en el mundo más de 2000 millones de personas no tienen acceso a agua potable ni saneamiento básico y que las personas más vulnerables no cuentan con servicios de agua y a veces tienen que recorrer distancias muy largas para conseguirla.
Agrega este informe que el derecho al agua se relaciona con la discriminación por motivos de género, edad y condición social por lo que la ONU hace un llamado a los Estados para que pongan en práctica políticas que garanticen estos servicios para todos.
Revela también que, a nivel mundial, África alberga a la mitad de la población que bebe agua de fuentes no protegidas. Además, dentro de los países en general, existen importantes diferencias de acceso, especialmente entre ricos y pobres.
Este reporte asegura que las personas que sufren discriminación por motivos de género, edad, condición social o pertenecen a una minoría religiosa, ética o lingüística tienen menos probabilidades de tener acceso a los servicios de agua y saneamiento.
Asimismo, la investigación realizada por ONU-Agua y la UNESCO recalca que el acceso al agua y las instalaciones sanitarias es también un reto para los refugiados y los desplazados, que alcanzaron los 68,5 millones de personas en 2017.
En el 2010, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución histórica que reconoce que el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano y establece que los Estados deben crear condiciones para brindar acceso universal al agua y al saneamiento, sin discriminación y dando prioridad a los más vulnerables. Esta meta, es también uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, a pesar de los progresos alcanzados en los últimos quince años, este objetivo sigue fuera del alcance de una gran parte de la población mundial.
En Nicaragua se avanza en materia de agua y saneamiento, actualmente un millón de personas reciben el suministro de agua a través de los aproximadamente 5, 500 acueductos de agua potable administrados por los Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS).